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Mamad, el hombre que nunca mentía

Erase una vez un hombre muy sabio llamado Mamad.

Este hombre era diferente a los demás, pues nuca jamás en su vida había mentido. Todas las personas de la tierra, incluso aquellas que vivían a veinte días de distancia, sabían de él. Y era admirado y venerado por todos.

Un buen día, el rey de un lejano reino africano se enteró de la existencia de Mamad, y ordenó a sus súbditos que lo llevaran al palacio. El hombre sabio entró al gran salón de palacio y se presentó ante el rey, quien le preguntó:

—Mamad, ¿es verdad que nunca has mentido? le dijo el rey.

—Sí, lo que cuentan es verdad, nunca he mentido —respondió Mamad pausadamente.

—No doy crédito, ¿y nunca mentirás en tu vida? le preguntó el rey muy sorprendido.

—Estoy completamente seguro de que nunca contaré una mentira si de mi depende respondió sin dudarlo Mamad.

—Está bien, es posible que digas la verdad, ¡pero ten cuidado!, la mentira es astuta y te llega a la lengua fácilmente sentenció el rey no muy convencido de que Mamad no dijera una mentira en toda su vida.

Pasaron varios días y el rey volvió a llamar a Mamad.

Cuando llegó, el rey estaba a punto de ir a cazar y sostenía a su caballo por la melena, su pie izquierdo ya estaba en el estribo pero, antes de montar miró a Mamad y le ordenó:

—Ve a mi palacio de verano y dile a la reina que hoy estaré con ella para almorzar después de la caza. Dile que prepare una gran fiesta, pues almorzarás con nosotros.

Mamad se inclinó y fue a ver a la reina para transmitirle el mensaje del rey.

Una vez se fue Mamad, el rey se rio y dijo al resto de súbditos que le acompañaban:

—No iremos a cazar ni a comer a palacio, así Mamad irá a la reina y le contará su primera mentira —dijo dando grandes risotadas . Mañana nos reiremos mucho de él cuando se dé cuenta de que no dijo la verdad.

Pero el sabio Mamad, que era mucho más astuto de lo que el rey suponía,  fue al palacio y le dijo a la reina:

—Tal vez deberías preparar una gran fiesta para el almuerzo de hoy después de la caza, o tal vez no deberías. Tal vez el rey vendrá al mediodía, o tal vez no lo hará.

—Dime, ¿vendrá o no? —preguntó la reina contrariada.

—No sé si el rey puso su pie derecho en el otro estribo cuando me fui o bajó al suelo su pie izquierdo y descabalgó —contestó satisfecho Mamad.

Al día siguiente todos esperaban al rey.

Cuando entró al salón donde estaba la reina, le dijo orgulloso de haber sido el hombre que lograra hacer mentir al sabio Mamad:

—Mi reina, el sabio Mamad, ese hombre que nunca miente, te mintió ayer, ¿verdad?

Pero la reina le dijo, palabra por palabra, lo que Mamad le había dicho. En ese momento, el rey se dio cuenta de que era cierto, aquel hombre tan sabio y conocido en todos los rincones nunca mentía. 

Pues Mamad solo decía lo que veía con sus propios ojos.

FIN.

Créditos

  • Locuciones: Eva García Pérez, Alberto Nanclares da Veiga, Santi Mijarra Rodríguez, Ana Díaz Salanova y Camila Monasterio Martín.
  • Grabación, montaje de audio y banda sonora: Camila Monasterio Martín.
  • Mezcla de sonido y masterización: Santi MIjarra Rodríguez.

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Acerca de Potopoto

Plataforma de educación en la diversidad y empoderamiento afro. Editamos cuentos africanos para niños y visibilizamos recursos educativos afrocentrados para la diversidad.


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