¿Por qué la gallina está domesticada?
Erase una vez una gallina y una perdiz que vivían juntas como dos hermanas en una hermosa pradera cerca de un frondoso bosque. Ambas eran salvajes y no estaban domesticadas viviendo muy felices en libertad.
En cierta ocasión se les apagó el fuego y la gallina se ofreció a ir a buscarlo al poblado donde vivían los seres humanos.
Pero antes, su amiga la perdiz, le recomendó que tuviera mucho cuidado en no picar nada mientras estuviese en la tierra de los humanos.
—Ten mucho cuidado cuando estés en el poblado de los hombres. ¡No comas nada! —le dijo preocupada.
La gallina tranquilizó a su amiga y le dijo que no tardaría. Llegó pues a la tierra de los humanos y la gallina encontró rápidamente el fuego.
Muy contenta, ya se disponía a volver, cuando vio unos granos de cacahuete en el suelo. La tentación fue más fuerte que la promesa que había hecho a su amiga y empezó a picotear.
Cerca de cacahuete aparecieron granos de maíz, de calabaza, algún que otro trozo de yuca y de ñame. En poco tiempo encontró tanta comida que se olvidó rápidamente del objeto de su viaje.
Así pasó el día, las semanas, los meses y los años, picando de cocina en cocina y de estercolero en estercolero.
Su amiguita del bosque se extrañó mucho de tanta tardanza, hasta que supuso que su amiguita no había seguido sus sabios consejos y se había olvidado de ella.
Por eso en el pueblo Fang de Guinea Ecuatorial es corriente decir en el caso de manifiesta tardanza: “Eke-Ke anga Ke ñong nduan”, que significa: “Aún no ha llegado, como la gallina que fue a buscar fuego”.
Y por eso también la gallina está domesticada, vive cerca de donde viven los seres humanos y siempre está picoteando el suelo en busca de comida.
Al contrario de la perdiz que vive libre en el bosque y trata de ocultarse de los seres humanos para no ser vista y capturada.
FIN.
Créditos
- Locuciones: Eva García Pérez, Alberto Nanclares da Veiga, Santi Mijarra Rodríguez, Ana Díaz Salanova y Camila Monasterio Martín.
- Grabación, montaje de audio y banda sonora: Camila Monasterio Martín.
- Mezcla de sonido y masterización: Santi MIjarra Rodríguez.