Guía cultural de Black Panther: Celebrando la cultura africana (y curando viejas heridas)
Tengo que hacer una confesión que a más de uno sorprenderá, especialmente si no me conoce bien. No había visto aún la película Black Panther. Vivía ajena al famoso fepnómeno Wakanda (que casi había olvidado) hasta que contratamos hará unos pocos meses, la adictiva plataforma de streaming Netflix.
No soy una fanática de la industria Marvel. Me encantan las películas de ciencia ficción (con tintes distópicos, lo confieso), pero últimamente conservo cierta reticencia a la archiconocida marca “made in Hollywood”, más aún si te machacan día y noche con publicidad, anuncios televisivos y demás parafernalia mediática.
Sin embargo, y ahí está la clave, Black Panther es mucho más que una película de Marvel (aunque se pueda ver con una buena bolsa de palomitas y soda).
Sí, como decía “Mundo Negro” es un empacho visual de colores, cascadas, montañas nevadas y jinetes por praderas de ensueño. Pero también es una oda a la cultura africana y afrodescendiente y un viaje con la imaginación hacia un futuro posible que de forma descarada (a pesar de no haberle dejado ser y de no dejarle ser) se nos presenta en el cine con todos los aditivos.
Y sí, nos encanta ese futuro afro al que hemos tenido que llegar imaginando el camino de baldosas amarillas. Nos fascina el “afrofuturismo” porque la historia ya se ha encargado de borrar todas las posibles huellas hacia esa África del futuro (como decía Mark Dery en su ensayo Black to the Future) y las hemos tenido que “pintar” nuevamente para recordarnos que tenemos un futuro que construir y crear.
Este artículo trata de ser mi pequeño homenaje a la película dirigida por Ryan Coogler.
Quédate conmigo para encontrar las pistas que nos permitan descubrir, poco a poco, las huellas del legado africano en esta superproducción. Y si no tienes tiempo (o paciencia) para leerme, aquí tienes un enlace directo para conocer las principales representaciones culturales africanas de esta fascinante película de Marvel.
Qué significa Black Panther para mi: #WhatBlackPantherMeansToMe
Creado en 1966 por Stan Lee y Jack Kirby, Black Panther fue el primer superhéroe negro –y uno de los pocos africanos que existen– en un cómic de amplia circulación. No deja de resultar paradójico que los creadores de Pantera Negra fueron un par de estadounidenses blancos que a finales de la década de los 60 decidieran crear un personaje que aparentemente encarnaba el tipo de heroísmo afro que nadie había visto antes en los medios.
Igual de paradójico resulta que dentro del equipo de creadores y desarrolladores del cómic, no se incluyeran dibujantes o guionistas afro-estadounidenses.
Stan Lee, negó en su momento relación alguna entre el nombre del superhéroe con el partido activista y antifascista afroamericano “las panteras negras”, algo que resulta difícil de creer, pero que parece relacionarse directamente con la intención de desvincularse de un movimiento en el punto de mira del gobierno estadounidense y de la C.I.A.
Así fue como nació el laureado reino de Wakanda. Un reino tecnológicamente avanzado en África Central que nunca fue colonizado por ninguna potencia occidental. T’Challa, (interpretado por el recientemente fallecido Chadwick Boseman), es el noble líder de este pueblo invicto que mantiene el aislamiento que siempre ha mantenido el reino a salvo y lo protege con su vida.
Como guerrero es prácticamente indestructible, gracias a los super poderes que le confiere un mágico elixir (extraído de una planta) y su impenetrable armadura; Este reino tan especial ha visto crecer su tecnología y su poder gracias a un preciado metal, el vibranium, sobre el que se asienta la soberanía económica y armamentística del reino.
Llegados a este punto es difícil no pararse por un momento a imaginar la paridad entre el metal imaginado, vibranium, y el tan ansiado en la realidad Coltán (al margen de otros metales preciosos que se encuentran en el continente africano).
El coltan, es un mineral escaso y muy preciado, por su resistencia y sus singulares propiedades físico-químicas que lo hacen privilegiado como futuro material en la conquista espacial. En la actualidad, la industria tecnológica lo utiliza para fabricar teléfonos de última generación y ordenadores. El 80% de las reservas mundiales de este metal se encuentran localizadas en República Democrática de Congo (situado a su vez en África central) y su extracción financia (directa o indirectamente) a través de occidente y de esa misma industria que nos permite comprar ordenadores y teléfonos chulísimos, a más de 120 grupos armados que cometen masacres masivas sobre poblaciones civiles.
Mas allá de la ficción el Coltán y los recursos naturales de África, han sido su perdición y siguen siendo la «excusa» para seguir ejerciendo el control geopolítico del continente.
Pero Black Panther nos ha dejado imaginar y soñar. Y Wakanda es la utopía del “¿y sí?”, africano.
Black Panther está impregnada del anhelo y romance con el que la gente de la diáspora imagina la patria que les fue robada y de la que fueron robados sus ancestros.Haz click para twittear
Hay mucho cosas que diferencian a «Pantera Negra» de la típica película de superhéroes. Cuando Shuri, jefa de tecnología de Wakanda e irreverente hermana menor de T’Challa (personaje interpretado por la actriz Letitia Wright), es sorprendida por un agente blanco de la C.I.A., le dice, «¡No me asustes así, colonizador!». El agente de la C.I.A, Everett Kenneth Ross (interpretado por Martin Freeman) es retratado como un personaje “bufonesco”, alejado del protagonismo que le debiera conferir su título como agente de espionaje de una de las organizaciones que más poder ha ejercido (y ejerce) en el control de las naciones del Sur. “Colonizador”, parece que no es una palabra utilizada al azar dado el contexto.
Un análisis a parte merece el papel del agente secreto en la misión para salvar Wakanda muy al estilo «concordia de los pueblos» de las Naciones Unidas.
Como bien apunta el historiador afro Antumi Toasijé en su libro Africanidad. Treinta temas de Historia, Política, Filosofía y Cultura de África y sus diasporas,
Todos y todas sabemos que concordia y justicia social son dos conceptos muy diferentes.Haz click para twittear
Por tanto es importante pararse a hacer una doble lectura de un personaje en apariencia «anodino».
La película tampoco se olvida de algunos de los episodios históricos más dolorosos de África. Nakia, una astuta espía de Wakanda (interpretada por Lupita Nyong’o) se encuentra camuflada entre unas niñas negras atemorizadas dentro de un camión. El vehículo, que atraviesa la densa selva africana, parece gobernado por un grupo de hombres con cara de pocos amigos. En una escena impecablemente coreografiada, T’Challa, Nakia y el General Okoye, el líder de la milicia femenina de Wakanda (brillantemente interpretado por Danai Gurira), se enfrentan al equipo de matones. La escena representa el secuestro de las 276 niñas de Chibok (Nigeria) por el grupo Yihadista Boko Haram.
Esta vez, sin embargo, el final es dulce y amable.
Una película de héroes y villanos necesita un antagonista que se precie y Erik Killmonger (interpretado por Michael B. Jordan) es la otra cara de la moneda. Un mercenario afroamericano que impulsado por los horrores que ha vivido y presenciado desde la más tierna infancia en su ciudad natal, Oakland, (cuna del nacimiento del partido “las panteras negras”), imagina una revolución mundial dirigida por Wakanda para destruir la injusticia histórica.
Killmonger no es solo el malo malísimo de las películas de superhéroes, es la encarnación del sufrimiento de un pueblo esclavizado y desheredado, en contraposición con la visión utópica de T’Challa. Es el ajuste de cuentas que espera agazapado con motivaciones justificadas de legitimidad, linaje y conexión.
Como indica de manera brillante Jelani Cobb en su artículo Black Panther and the Invention of “Africa”,
Killmonger y T'Challa se enfrentan a la posible respuesta de cinco siglos de explotación de África a manos de Occidente. El villano, en la medida en que este término es aplicable, es la propia historia.Haz click para twittear
El enfrentamiento entre protagonistas se transforma en un debate ideológico, me atrevo a decir actual, dentro de la comunidad negra, africana y afrodescendiente. Una representación emblemática de un dilema interno que enfrenta, el rencor motivado por la injusticia y el sufrimiento de toda una comunidad, frente a la posición ecuánime y privilegiada del que desconoce de cerca el horror.
¿Y cómo acaba esta disyuntiva existencial?
No podría contarlo, aunque quisiera, pues haría que aquellos rezagados (como yo) se perdieran el final apasionante de esta historia. Solo os diré que el final de la película parece un símbolo de redención (¿o de subliminal aleccionamiento?) de un pueblo que sigue curando viejas heridas y tratando de dibujar caminos borrados.
Como diría Killmonger:
Entiérrame en el océano con mis ancestros que saltaron de los barcos, porque sabían que la muerte era mejor que la sumisión.Haz click para twittear
No nos cansamos de repetirlo: #RepresentationMatters
África, ha sido de siempre (o casi siempre) un actor secundario y poco sofisticado cuando ha sido representado a través de los ojos de la industria Hollywoodiense. A menudo retratado como atrasado, salvaje y caótico, el estereotipo impuesto a África y sus gentes, ha dejado poco espacio para otras interpretaciones más “amables”. Y esa es, precisamente, la razón principal por lo que una ruptura del imaginario colectivo y de las narrativas mediáticas resulta tan refrescante.
La película dirigida por Ryan Coogler añade una historia más dentro de esa necesidad imperante de seguir contando nuestras propias historias y se aleja de ese único relato que defiende como única verdad, la narrativa del estereotipo. La realidad ha demostrado (y sigue demostrando) que el público está ansioso de ver, leer y escuchar otras versiones, porque la humanidad en general ansía y tiene hambre de diversidad y el pueblo afro y afrodescendiente está deseoso de tener el control sobre sus propias experiencias, y hacerlas llegar al gran público.
Tampoco escapa al ojo de cualquier buen observador, la escasa representación de superhéroes negros en la pequeña o gran pantalla. Esta falta de representación en los medios y en la cultura popular, en general, merma la autoestima de aquellos más vulnerables, los peques.
El Centro de Estudios Afroamericanos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) afirmaba en su último estudio que, en las películas más taquilleras del año pasado, las personas afro representaban solo el 13,6% del total. Esto no es fortuito, es una cuestión de poder y de control de las industrias culturales.
Tampoco es fruto de azar que la película haga un guiño final a la educación como antídoto para el cambio. Son muchos los niños y niñas que podrán beneficiarse de esta película, pero también son muchos los cambios socioeducativos y los pasos que deben darse para poder construir un verdadero paradigma educativo antiracista más allá de la ficción. Si la industria es capaz de lucrarse con el acerbo cultural de los pueblos africanos y afrodescendientes que explotó (y sigue explotando) podemos entender perfectamente que algunas personas de la comunidad negra estadounidense, pidan en change.org que una parte sustancial del beneficio de recaudación de la película se invierta en revertir la situación de marginalidad de algunas comunidades negras de Estados Unidos. ¿Un sueño wakandiano? Quizás. Pero déjennos soñar que lo necesitamos.
Guía cultural de Black Panther
África, su historia, su cultura, su gente y sus descendientes, son la estética visual protagonista de Pantera Negra.
Uno de esos guiños sutiles es el uso de los colores de los vestidos en la misión en Busan. Ese verde, negro y rojo son los de la bandera panafricana, un movimiento que busca la alianza de todo el pueblo africano tanto del continente como de la diáspora. Sin olvidar los guiños trasversales a la cultura afro en los rituales, las tradiciones, las lenguas habladas (el idioma principal que se habla en Wakanda es el Xhosa, las lenguas escritas (como la Nsibidi), los consejos de mayores, el respeto a los antepasados (o fallecidos), el baile, y por supuesto, la música.
El encargado de poner sonido a este alegato innegable a la cultura afro no podía ser otro que el aclamado Kendrik Lamar. Un fenómeno actual en tierra estadounidense que trae los ritmos tribales y el hip hop a una superproducción de Hollywood. Y no para estigmatizar ni para caer en estereotipos, sino para reivindicar el estilo musical con raíces africanas que ahora bailamos todos. Un sutil revés a la apropiación cultural contemporánea.
Y por encima de todo no podía faltar el alegato a la femineidad, a la fuerza y al poder de las mujeres negras en algunas de sus representaciones: fidelidad, honor, fuerza, inteligencia, amor y orgullo. Mucho orgullo. Seis pilares que se construyen sobre personajes sin cuya presencia la revolución, no serviría de nada.
Desde la intrépida Nakia (Lupita Nyong’o) hasta la hiperinteligente Shuri (Letitia Wright), pasando por las mujeres aguerridas y valientes de la guardia real capitaneadas por Okoye (Danai Gurira) y terminando por la noble reina madre, Ramona (Angela Basset). Todas ellas son personajes admirables, de esos que pueden cambiar el rumbo de la historia y sin las cuales nada de lo que hace el protagonista sería posible.
Los sabios construyen puentes, mientras los necios construyen muros.Haz click para twittear
La inspiración del reino de Wakanda
¿Existió Wakanda?, no.
¿Existieron reinos florecientes en África que pudieron inspirar la imaginación de los creadores del cómic? ¡Por supuesto!
Alguno de esos reinos podría ser el reino de Mutapa. Situado en el norte del actual Zimbabwe, Mutapa dominó gran parte del África meridional desde el siglo XV hasta la conquista portuguesa. Aunque no disponían de Vibranium los gobernantes de Mutapa tenían acceso a otro metal preciado, el oro, con el que participaban en redes comerciales que llegaban hasta India y China.
La riqueza de Mutapa y las monumentales ruinas de su antigua capital, Gran Zimbabwe, impresionaron tanto a los primeros exploradores portugueses que, incapaces de creer que aquello fuera el producto de una cultura africana, las identificaron con la tierra bíblica de Ofir y las minas de rey Salomón.
Previamente en. el s. XIII existió el imperio de Malí, que en su apogeo llegó a controlar un territorio de extensión similar a la de la actual Unión Europea. Malí, como Mutapa varios siglos más tarde, tenía en su territorio abundantes minas de oro, metal que principalmente vendía a comerciantes árabes y europeos. Sus redes comerciales eran tales que se calcula que antes de la llegada de Colón a América la mayor parte del oro que entraba en Europa provenía directa o indirectamente de Malí. No es de sorprender, por tanto, que la BBC haya identificado a uno de sus emperadores, Mansa Musa, como la persona más rica de la historia. Su riqueza era tal que, cuando visitó el Cairo en 1324 en su camino hacia La Meca, llevó tanto oro consigo que devaluó el precio de ese metal en la ciudad durante varios años.
Podríamos citar otros reinos africanos, pero esto es solo un ejemplo más de que Wakanda existió, (en parte), en las huellas borradas de la historia africana.
Referentes culturales africanos: ¡Celebrando la cultura africana!
Puede que Wakanda no sea real, pero la diseñadora afroamericana Ruth E. Carter se inspiró en tribus y culturas reales para representar a los diversos pueblos que forman parte de la nación de Wakanda haciendo un alegato claro y hermoso de la cultura africana.
En esta sección te descubrimos algunos de ellos.
Las mantas de los basutos de Lesoto
En la película Black Panther, una tribu de guerreros disfrazados de granjeros protege las fronteras de Wakanda. ¿Su rasgo más distintivo? las mantas que utilizan sobre los hombros. Un complemento muy especial puesto que contiene una super tecnología que los transforma al instante de simples granjeros en guerreros letales.
Esta prenda, en apariencia simple, es el rasgo distintivo de los habitantes de Lesoto, los basutos. Lesoto es un país montañoso rodeado por Sudáfrica que recibe nieve en invierno. Sus habitantes utilizan esta característica prenda para protegerse del frío y se caracterizan por ser hábiles jinetes.
En la película, la tribu fronteriza vive en pequeñas aldeas rodeadas de inconmensurables montañas (las protectoras geográficas de Wakanda) y sus hombres y mujeres montan rinocerontes blindados en lugar de caballos.
La escritura Nsibidi de Nigeria
En varias escenas de la película, el texto «Wakanda» aparece inscrito en las paredes de la sala del trono de T’Challa con una rúbrica inspirada en la antigua escritura Nsibidi del Sudeste de Nigeria.
Los símbolos o sistema de escritura Nsibidi tiene aparentemente su origen en el pueblo igbo, aunque según otras teorías basadas en la tradición oral habrían sido inventados directamente en el seno de la sociedad secreta religiosa ekpe de los clanes efiks e ibibio.
Aunque solo se han descubierto unos cientos de símbolos se presupone que deben existir muchos más. En la actualidad la escritura Nsibidi se sigue usando en la zona sudeste de Nigeria. Lamentablemente su uso es muy marginal muchos vaticinan su próxima desaparición.
Los anillos de la etnia ndebele de Sudáfrica
Los anillos de oro que usan alrededor del cuello las guerreras Dora Milaje, la milicia femenina de Wakanda, provienen de la tribu ndebele de Sudáfrica. Según su tradición sólo las mujeres ndebele casadas pueden llevar los anillos.
Tradicionalmente, se supone que los maridos proporcionan los anillos, una vez que han construido un hogar para sus esposas y cuanto más rico es un marido, más anillos tiene una mujer.
Las mujeres ndebele son conocidas también por sus artísticas y coloridas pinturas murales que salpican todo el este de Sudáfrica, y que también pueden verse en algunas de las paredes del centro de Wakanda.
El peinado de las mujeres himba de Namibia
Una de las mujeres del consejo de Wakanda lleva los distintivos mechones de las mujeres himba. Una tribu que unta su piel con un ungüento mezcla de ocre, manteca y ceniza de raíces quemadas.
Esta pasta protege a las mujeres himba del sol y de los mosquitos y también hidrata su piel y les confiere ese particular color rojizo.
Las mujeres himba se distinguen por los fascinantes estilos con que arreglan su cabellera. Se hacen rastas con la misma pasta con la que cubren su cuerpo y se hacen extensiones con lana de oveja.
El hermoso tocado isicholo de la cultura zulú de Sudáfrica
La actriz Angela Basset que interpreta a la reina madre Ramonda, lleva en las escenas más importantes un gran tocado de disco que pertenece originalmente a la cultura zulú y que se denomina, isicholo.
Tradicionalmente, este sombrero se hacía con pelo humano y se cosía a la cabeza de las mujeres casadas, quienes lo usaban como muestra de respeto con sus familias y esposos, además que indicaba que estaban “fuera del mercado”. Actualmente, los sombreros se utilizan solo en ceremonias especiales. Sus tamaños y colores son diferentes en función del clan y están formados principalmente de un tejido de algodón.
En Pantera Negra, el espectacular sombrero blanco de la reina Ramonda, fue creado con una impresora 3D.
La estética inconfundible de la tribu masái de Kenia y Tanzania
Las guerreras Dora Milaje, con su armadura de color rojo intenso y sus altas lanzas parecen guerreros masai.
El seminómada Masái utiliza la tradicional y conocida «manta masái», cuyo nombre original en idioma masái es «shuka» que significa “envoltorio del cuerpo”. Consiste en una tela de colores con dibujos geométricos que se anuda sobre los hombros o alrededor de la cintura como una falda.
El color predominante y más utilizado para la indumentaria masái es el rojo, sin embargo, actualmente también podemos encontrar telas de diversos colores como el negro, el azul, diseños multicolores, etc. Las nuevas generaciones masái van introduciendo variaciones en las tonalidades de sus mantas buscando un resultado más estético que tradicional.
Las guerreras Dahomey de la república de Benín
Y ya que hemos mencionado a la terrible guardia personal de Rey T’challa no podemos dejar pasar un dato fundamental. Se cree que la unidad militar totalmente femenina de «Pantera Negra» está inspirada en una versión de la vida real de mujeres soldado, que existía desde el siglo XVII en Dahomey, la actual República de Benin de África occidental.
En su época, las «Amazonas de Dahomey», como las llamaban los historiadores occidentales, libraron guerras por el reino, sobre todo contra las fuerzas coloniales francesas.
Si quieres descubrir a las amazonas de Dahomey y otras historias de heroínas africanas adaptadas para niñes no dudes en echar un ojo a este libro infantil ilustrado.
Las famosas mascaras del reino de Benin en Nigeria
En la escena del museo de Londres, Killmonger pregunta sobre las cabezas de bronce en exhibición. Se sabe que las cabezas de bronce son del antiguo Reino de Benin en el sur de Nigeria.
La máscara que lleva Killmonger es una máscara igbo, que se conoce como máscara Mgbedike y se utiliza tradicionalmente con fines ceremoniales.
No es casualidad que nuestro protagonista haya elegido esa máscara en la película.
En mayo de 1803, se produjo un evento significativo conocido como igbo landing. Después de cruzar el océano, un barco esclavista llegó a Georgia con un cargamento de esclavos. Setenta y cinco de esas personas eran Igbo y se vendieron por aproximadamente 100$ cada una. Luego fueron transferidos a otro barco para ser trasladados a su destino. Una vez se encontraban sobre el nuevo barco, los futuros esclavos Igbo se rebelaron. Durante la rebelión en alta mar, los Igbo mataron a sus captores y tomaron el control del barco. Sin posibilidad de regresar a casa y enfrentando la posibilidad de ser recapturados como esclavos, los Igbo acordaron suicidarse saltando todos juntos al océano.
También se sabe que muchas muestras antiguas fueron saqueadas a finales del siglo XIX y siguen expuestas en museos occidentales. De hecho, ha habido campañas para la repatriación de algunos de los artefactos. La repatriación (y expolio) del arte africano es referenciado en la película.
Las dilataciones de la tribu mursi de Etiopía
En el consejo de Wakanda se puede ver a uno de sus nobles dirigentes con una placa labial característica de la cultura de los mursi en Etiopía. Una muestra de orgullo e identidad que es usada tradicionalmente por mujeres.
Actualmente la mayoría de las niñas de edades entre los 13 y 18 años deciden si usan o no la placa labial.
El tejido kente de Ghana
Hacia el final de la película, se ve al rey T’Challa con una bufanda kente. Este llamativo tejido, conocido como nwentom en akánico, es un tipo de género de seda y algodón fabricado en telar. Es propio del pueblo akan, un grupo étnico del sur de Ghana en la región de Ashanti.
La antigua mitología akan sugiere que la idea de tejer kente se desarrolló en base a una tela de araña y que Anansi, «la araña-Dios-Demonio», fue la creadora del mundo. Solamente es usado en ocasiones o ceremonias muy importantes, y tradicionalmente ha sido el tejido preferido por los reyes. Con el paso del tiempo, el uso del kente se hizo más masivo. Sin embargo, su importancia se ha mantenido y aún es muy respetado por el pueblo akan.
Las escarificaciones como símbolo cultural de poder, liderazgo y fuerza
Las cicatrices que lleva en el cuerpo Killmonger, son una forma de alteración física conocida por el nombre de escarificación. Se trata de una tradición entre algunas tribus africanas que la usan para marcar clanes, purificar, probar el valor; como símbolo de estatus social y para celebrar hitos o logros vitales.
El proceso, que suele realizarse indistintamente en función de la tribu a bebés o pre-adolescentes de ambos sexos, consiste en realizar incisiones profundas en la cara y a veces en todo el cuerpo, incluyendo la espalda, el pecho y los brazos. Se realiza sin anestesia y el dolor padecido durante el proceso simboliza el paso de la niñez a la edad adulta. Se cree que al haber los niños y niñas sentido este dolor durante la iniciación, serán capaces de soportar cualquier dolor que encuentren en el futuro. Las cicatrices son un significado cultural de poder, liderazgo y fuerza.
Entre los grupos étnicos del África subsahariana que practican tradicionalmente la escarificación se encuentran los gonja, dagomba, frafra, mamprusi, nanumba, bali, tɔfin, bobo, montol, kofyar, yoruba y tiv de África occidental, y los dinka, nuer, surma, shilluk, toposa, moru, bondei, shambaa, barabaig y masái de África oriental.
Una nota final
Cuando apareció Black Panther algunos creímos ver, no más, que otra superproducción Hollywodiense.
Y así fue. No se puede negar que pantera negra desde su inicio ha sido una máquina dispensadora de dinero.
La producción costó 200 millones de dólares, se estrenó el 16 de febrero de 2018 (viernes) y entre la noche del viernes y el domingo, amasó más de 202 millones. Se convirtió en la película más taquillera de la historia escrita y dirigida por cineastas afroamericanos y permaneció en el Número 1 durante cinco semanas. Con 1.323 millones recaudados es la décima película más taquillera de todos los tiempos.
Black Panther se ha revelado como una máquina de hacer dinero al mas puro estilo Hollywood (eso es innegable). Walt Disney Company anunció el pasado 2 de febrero que ha llegado a un acuerdo exclusivo de cinco años con Ryan Coogler para crear una serie basada en el Reino de Wakanda para Disney+ (a la espera de la secuela «Black Panther II» que se estrenará en julio de 2022).
También es cierto que existen claras concesiones y tintes de aleccionamiento en la película «Black Panther», que nos recuerdan, una vez más, quién tiene el control de las narrativas en la tierra de «las estrellas».
Es cierto que existen claras concesiones y tintes de aleccionamiento en la película 'Black Panther', que nos recuerdan, una vez más, quién tiene el control de las narrativas.Haz click para twittear
Sin embargo, «Pantera negra», también ha probado el «hambre» por historias que se alejen de los típicos estereotipos y el deseo de toda una comunidad de «equilibrar la balanza». Citando al maravilloso Jelani Cobb la comunidad africana y afrodescendiente necesitaba nutrirse de la «contra-mitología redentora de Wakanda» como un bálsamo dulcificador de esas heridas de látigo que siguen escociendo y siguen abiertas en nuestra alma.
Wakanda no es más ficticia que el constructo social de un continente que ha estado lidiando con versiones inventadas de sí mismo desde que los hombres blancos lo declararon por primera vez el 'continente oscuro' y se dedicaron a saquear a su gente y sus recursos.Haz click para twittear
Podemos ver únicamente la parte más banal y superficial de la historia, pero también podemos intentar entender a una parte de la sociedad que sigue intentado curar viejas (¿o no tan viejas?) heridas. Una comunidad a la que pocas veces se le ha brindado la posibilidad de que sus niñes puedan disfrazarse de un super héroe negro africano para ir a una gran pantalla. Una comunidad que sigue sedienta de historias que rompan con los estereotipos impuestos por una parte del mundo (de nuestro mundo) que los (nos) sigue viendo únicamente como descendientes de esclavos (y nada más).
Falta generar la posibilidad de un mayor control de las narrativas que nos permita construir nuestras propias historias sin influencias «sutiles» y aleccionadoras que nos indiquen como debemos reconstruir(nos) como pueblo y como comunidad.
Falta que exista una mujer heroína negro-africana que también encabece la lista.
Y sin ninguna duda la habrá.
Sin ninguna duda podremos recrear nuestros propias historias y escribir sin tapujos nuestros propios finales.
¿Podría ser de otra manera?
¡Wakanda forever!
Jesus Karabali
Gracias hermana por compartir y por el análisis contundente que has hecho.
Mis comentarios sobre el documento:
1. El Yihadismo es un término inventado por académicos racistas que odian al Islam. Yo soy de quienes creen que el Islam es de Afrika.
2. A mi modo de ver, Killmonger no es un verdadero revolucionario. Representa al típico hombre negro que quiere sacar del poder al hombre blanco para oprimir a su propia gente. Es un error de algunos analistas que lo relacionaron con Malcolm X.
3. No sé si sea apropiado llamar a Mali imperio, y a la vez glorificarlo por ser un imperio, cuando constantemente criticamos el imperialismo europeo, el americano, el chino, etc. Me genera duda si fue realmente un imperio, cómo llegó a ser tan grande y poderoso sin usar las típicas herramientas del imperialismo: poder militar, poder político, poder religioso, etc.
4. Todas las comunidades africanas no estaban organizadas en tribus, habían también Estados.
5. Los símbolos o sistema de escritura Nsibidi…sería más apropiado decir: del sudeste del actual Nigeria.
6. Si yo hubiese sido el guinista de la película, dejo a T’challa muerto y pongo a una mujer de Reina. T’challa era muy medio tibio para el contexto en que se desarrolla la peli.
Alejandra Ntutumu
¡Gracias por a ti por aportar tu punto de vista y enriquecer y generar diálogo! 🙂
Ada Okenve Obiang
Me ha súper encantado el artículo y a medida que iba leyendo me iba emocionando más. Sobre todo al final , es algo de lo que no he sido consciente hasta que has mencionado la necesidad de súper heroínas africanas. Ha sido una muy buena forma de cerrar.
El análisis ha sido bastante funcional, toca varias cosas que hacen el artículo todavía más interesante y agradable para mí .
Alejandra Ntutumu
¡Muchas gracias, Ada, por tu comentario!
Recursos para una educación en la diversidad · Wiriko
[…] La guía tiene la vocación de desplegarse y de ir generando contenidos más concretos y valiosos por ejemplo, para cubrir los huecos más determinantes en una época tan delicada en la construcción de la autopercepción y la autoestima como es la adolescencia. Un ejemplo práctico es la “Guía cultural de Black Panther: Celebrando la cultura africana (y curando viejas heridas)” disponible en la web de PotoPoto. […]