¿Por qué la hiena tiene la piel con rayas?
Hace mucho, mucho tiempo, la hiena y la liebre eran muy buenos amigos.
Pero la hiena, además de lista era muy glotona, y tenía la mala costumbre de engañar siempre que podía a la liebre para comerse toda la comida. Cada vez que la liebre pescaba un pez grande y sabroso (pues le encantaba el pescado), era la hiena quien se lo comía.
¿Y cómo lo conseguía?—diréis.
Pues bien, La hiena inventaba juegos ingeniosos cuyo premio, acordado por ambas, era darse un banquete con lo que hubieran cazado. La hiena se valía de argucias para ganar todos los juegos (que ella misma había inventado) de forma que siempre acababa ella ganando y comiéndose el pescado o lo que hubiera, ante la mirada triste y resignada de la liebre.
Un día, la liebre pescó un pez enorme y le dijo a la hiena:
— ¡Hoy es mi día! ¡Hoy me comeré yo solo este gran pez!
—Es demasiado grande para un estómago tan pequeño —le dijo la hiena—. Se pudrirá antes de que puedas comértelo todo.
—Es verdad—le dijo la liebre—. Pero lo pondré a ahumar por la noche para conservarlo en pedazos pequeños. ¡Estará delicioso!
La hiena no aguantaba de envidia y seguía deseando comerse el pescado de la liebre. «¡Me lo comeré yo solo!», se decía a sí misma. Y no hacía más que maquinar un plan para satisfacer su egoísmo y engañar a la liebre.
Llegada la noche, la hiena cruzó sigilosamente el río, acercándose hasta donde dormía la liebre plácidamente.
En ese momento, el pescado, partido en trozos, se asaba lentamente y la grasa que caía sobre las brasas perfumaban el ambiente.
La hiena se relamía ya de gusto, riéndose de la liebre por la sorpresa que se llevaría ésta al ver que le habían robado el pescado con el que tanto soñaba.
Mientras tanto, la liebre estaba acostada haciéndose la dormida, pero muy atenta a lo que hacía la hiena.
Cuando la hiena agarró el primer trozo de pescado, la liebre se levanto de repente, cogió la parrilla que estaba encima del fuego y corriendo tras la hiena le azotó con ella mientras la hiena aullaba de dolor, de vergüenza y de rabia.
La hiena acabó con todo el cuerpo marcado con las barras de la parrilla.
Y desde entonces las hienas llevan rayas en la piel.
Y también por eso desde entonces, las hienas odian a las liebres.
FIN.
¿Sabías qué?
Los cuentos más esperados en las noches de Casamance (Senegal) son los que relatan las aventura de la astuta liebre, que siempre se burla de la Hiena. La liebre es pariente de la africana y caribeña Anansi, la Araña, del francés Renart, El Zorro, del chino Rey Mono, del Coyote de las mitologías amerindias, y de la afamada Etugu o tortuga de las historias ecuatoguineanas.
En el caso de Senegal La liebre es la protagonista de estas historias tan del gusto popular en las que la astucia siempre vence a la fuerza. Historias muy apreciadas por quienes solo tienen como patrimonio su inteligencia.
Créditos
- Locuciones: Eva García Pérez, Alberto Nanclares da Veiga, Santi Mijarra Rodríguez, Ana Díaz Salanova y Camila Monasterio Martín.
- Grabación, montaje de audio y banda sonora: Camila Monasterio Martín.
- Mezcla de sonido y masterización: Santi MIjarra Rodríguez.